domingo, 27 de junio de 2010

El problema del Pintor



Supongamos que un pintor, al terminar una obra, la nombra:
“Vida que intenta traspasar información”. -

Sin embargo, luego de leer el titulo un alargado momento, el pintor se confunde tanto con el significado del nombre elegido que no pudo publicarla.

Son los problemas que intenta dilucidar la semántica y la filosofía del lenguaje en una frase. En ayuda del pintor, sabemos en primer lugar que en toda forma de vida se traspasa información genética a través de secuencias de ADN -o código genético- pero “asumimos” a la vez una representación –vida como entidad real o ficticia- para poder declararlo en el lenguaje.

En la frase, a través de esta declaración “vida que intenta”, se hace presente una intención, diferenciando el suceso así de un fruto azaroso y declarando la presencia de una voluntad que actúa. ¿Quién actúa y porque? “La vida” pero, ¿se puede concebir la “vida” como una entidad en si misma?.

Se asume, en segundo lugar, que la deliberación en el acto de “intentar” asume un rol preponderante en el análisis de la frase, y su reivindicación puede ser lingüística:

* El “valor de verdad” del nombre de la obra del pintor depende si la vida es una entidad digna de atribución de tal acción “traspasar información”. De otra forma la frase carecerá de sentido aunque no será ni verdadera ni falsa.

O bien teológica, ¿Quién mas que Dios podría haber creado tanta complejidad, expresada en una forma de vida? para postular sugerentemente la existencia de Dios.

A nivel gnoseológico, nos lleva a declarar que la vida “progresa” estableciendo un símil con el bien y el mal y una voluntad que distingue, y lo hace en conocimiento de lo que es mejor para su propia preservación (que es conservación y reproducción). Provocador.

Quien “intenta” lo hace con un objetivo e implicando un futuro. La vida intenta, y evoluciona. Participamos de una entidad y un camino muy particulares. Innegablemente efímero, nuestro ser en vida es distinto al de la mayoría del universo. Somos también la forma sensible del ser; existimos. No así las rocas o los planetas. Se puede afirmar además que la vida es un camino compartido por algunos y admirado –en referencia a la conciencia- por pocos.

No era de interés del pintor pero su frase se puede ligar al concepto de “verdad”, y un debate sobre conciencia absoluta. Cual es el dominio de elección de esta voluntad de vida, de esta “intención” invisible. Si en la vida se expresa “La” voluntad, en ella se manifiestan entonces atributos de “verdad” o totalidad. Es la diferencia de aceptar el sentido de la evolución de la vida como “el” sentido o como “un” sentido. Entendiendo sentido como "trabajo por" o busqueda de finalidad.

Aun así, notable es que en algún paraje radique un motivo de intencionalidad. La vida es un movimiento a futuro, “en busca de” al menos, mantenerse en el tiempo.

De la frase en boga se podría discutir también sobre la existencia de una moral universal y si este “deliberar” (entre que información traspasar) es “bueno o malo”. Localmente es “bueno para nosotros” al permitir afrontar de mejor manera las condiciones del ambiente pero no hay certeza sobre su evaluación con respecto a un sistema mas global.

No podría negarlo el pintor: como excepción a la probabilidad hecho existencia, la vida –en si- ya es virtuosa por ser nuestra expresión o manifestación “de ser”. Además, hace posible la conciencia. Pero no se encuentran argumentos para analizarla desde una perspectiva que no sea la nuestra. Al menos, establecemos que es un fenómeno complejo que nos permite existir, sentir, pensar y saber de nuestra existencia.

Negar la posibilidad de una “existencia” virtuosa, donde la vida no es mas que un aparecer y desaparecer sin que el mismo “universo” lo notara y en él repercusiones quedaran, es la fascinante conclusión que ninguna Iglesia quisiera, fuera escuchada.

En esa línea, mas simple fue el notable filosofo y matemático ingles Bertrand Russel quien escribió en sus “Principia Mathematica”: “Existir es tener una relación específica a la existencia - una relación, por cierto, que la existencia no tiene”. Nuestra vida es nuestra “relación” con el ser. Somos viviendo y no de otra manera. La vida, ya entidad a nivel lingüístico, es “atributo” constitutivo y trascendental a nivel practico.

El pintor, abrumado con sus conclusiones, comenzó a pintar una nueva obra: tal y como un organismo comienza un nuevo día en un amanecer de nuevas posibilidades.

martes, 22 de junio de 2010

De Redes a Agrupación Social


Del Ensayo "GROUPING! Otra Perspectiva" Junio 2010

Cap 3.


Se define red como una estructura que posee un patrón característico y en la que además, sus distintas formas (informática, eléctrica, etc.) comparten propiedades y se caracterizan por singulares cualidades.


A lo largo de la historia del ser humano, básico en su desarrollo y primordial en su crecimiento intelectual ha sido su desenvolvimiento social o “forma de relacionarnos” no solo en pos de objetivos sino también a niveles menos concientes: emocional y fraterno. Nacemos en una familia, crecemos en una ciudad, pertenecemos a un país, tenemos un entorno de amigos... crecemos y nos hacemos seres humanos en nuestro entorno. En palabras de Heiddegger, el ser humano “es un ser social, un ser con otros”. No se concibe de otra manera, no se concibe en soledad. Es así como desde el inicio de los tiempos las primeras comunidades humanas vieron como el hombre dejaba de ser nómada y comenzaba con la agricultura, los primeros pueblos vieron propagar el conocimiento a través de la escritura, Colón seguramente embarcó en su odisea a algunos de sus amigos mas cercanos (practica política bastante usual en Latinoamérica, dicho sea de paso) y Nelson Mandela para salir de la cárcel y vencer el apartheid tuvo que conocer muchísima gente en Sudáfrica. Todos dentro de alguna red social especifica, con distintos lazos entre los individuos que la conforman, pero siempre con algún tipo de relación entre si. Es que, querámoslo o no, vivimos y nos definimos EN una red social (social network, en ingles).


Las herramientas que la tecnología nos ofrece hoy, han permitido que el estudio de estas intrincadas y complejas redes sea ya una realidad. Y no solo para la estadística sino porque comprendiendo estas redes muy probablemente se pueda descubrir mucho mas sobre el ser humano, su comportamiento, el porque de sus avances, nuevas trazas sobre sus emociones, etc. Estamos hablando de un agrupamiento social. ¿Pero como se da y porque?.


En primer termino, estas redes sociales se dan por la sencilla necesidad de comunicación e interacción entre los miembros de la sociedad humana. Las relaciones interpersonales van desde los más efímeros gestos formales hasta las más intimas relaciones pasionales. Estamos constantemente comunicando y recibiendo comunicación, lo que inevitablemente establece nexos tangibles entre una persona y otra. En el camino ninguna sorpresa, hasta que notamos que podemos distinguir diversos atributos o “practicas” en los cuales el grupo humano “macro” se comienza a diferenciar. Es la historia del ser humano: su diversidad genética y sus múltiples culturas implican distintas practicas, distintas formas de ser y hacer. Estudiando a un grupo determinado de personas se podría entonces descubrir la particular red social que ellos han formado y como interactúan en esa estructura o red tan particular.


Esta “forma de agruparse socialmente” tiene, en segundo termino, la virtud de que el individuo que la compone no está totalmente condicionado –determinado- por factores externos (a dios gracias!), es decir, depende en ultimo punto de si mismo donde “se ubique” en el grafico social. Pues tenemos el poder de la elección, el tan manoseado “libre albedrío”. En el fondo la invitación de este texto es a indagar en la forma de relacionarnos y sus implicancias sin perder de vista nunca el ejercicio de nuestra voluntad. Ejercicio que tan importante como ejercerlo, es depurarlo de influencias invisibles al ojo poco acucioso.


Sabemos que nuestra capacidad de elección es una consecuencia de la conciencia, en palabras de E. Kant: “todo el movimiento de la conciencia podría resumirse en la capacidad ultima de juzgar” que en primer termino es elegir. Es el origen del trascendente concepto del “ser-haciendo”. Y es exactamente eso lo que hace que perderla –tanto a la voluntad como a la capacidad de elección- sea tan grave.

Img8. Ploteo 3D de los datos de 2 mil personas en torno a una “característica” que bien podría ser tendencia a la obesidad o gusto por la risa.


En el año 2002 el Dr. Nicholas Christakis de la Universidad de Harvard comenzó la realización de un estudio que cubrió a 2 mil personas en un seguimiento de 6 años en 8 factores a estudiar (tendencia a la obesidad, estado emocional, tendencia a la practica deportiva, etc.).

El resultado del estudio realizado por Christakis es abrumador. Los factores en estudio mostraron correlación inequívoca entre los individuos relacionados en la red social hasta 3 grados de libertad. Lo que significa que nuestra realidad se ve en algo influenciada hasta por el amigo del amigo del amigo. Así no dan ganas de tener amigos. ¿Será que estamos perdiendo nuestra capacidad de elegir? ¿Será que nuestro elegir está mas condicionado que lo que creíamos? Probablemente si. Y para peor, muy probablemente está cada vez mas condicionado. Pero no por una influencia negativa de la gente con la que nos relacionamos, sino por la forma en que funciona la sociedad de hoy y mas profundamente: como es formado el individuo. Es de todos conocido que la sociedad de hoy, altamente materialista, adosa “valor” a la apariencia, a lo superfluo: esquematiza la vida en torno al consumo (sociedad e mercado) y relativisa la importancia del mundo interior y sus coherencias internas, el espíritu, tergiversando en último termino el real universo o dominio de la elección, de la libertad.

Sin ser maquiavélico, cuando una familia “opta” por ir al mall, es porque es lo que conoce como panorama: el pasarlo bien esta asociado en su mundo al consumir, al mundo de la imagen. Sumado a esto, casi todo comercio esta hoy por hoy concentrado en forma de mall, en consecuencia si hubieran efectivamente elegido salir de compras, pocas posibilidades fuera del mall quedarían.


Por otro lado, ellos no fueron educados para, o bien “motivados a” nutrir su mundo interior (leyendo, reflexionando, conversando) ni tampoco se les contó que hacer deporte hace bien, es saludable y en algunos desquiciados casos, puede ser una forma de vida y una instancia para crecer tanto personal como grupalmente.


Se ha perdido el espíritu del “compartir” como del “conocerse”. Así es, la educación hoy por hoy condiciona el dominio de nuestras elecciones. Porque no se educa la conciencia, se educa la memoria. No se educa el juicio, se educa el “completar” o imitar. No se trabaja la chispa para que seamos realmente “luz en nuestro camino”. Mas bien se nos educa para recorrer el camino como el mercado nos dicta, creando profesionales que cumplan suficientemente su rol productivo pero no su rol humano.¹


Analizando el porque de este comportamiento inconsciente y de agrupamiento, hay algunos atisbos de respuesta:

Christakis esgrime dos razones básicas para interpretar estos resultados:

- Inducción, léase, se induce al individuo cercano a adquirir comportamientos o pensamientos similares a los de uno.

- Homofilia (homophily, love of the same) o tendencia de los individuos a asociarse y relacionarse con otros similares o que compartan ciertas características.

Dados los cuestionamientos emergentes en base a los resultados del estudio, claramente estas razones no bastan ni convencen.


El conocido filosofo B. Spinoza (citado por Einstein y precursor de figuras renacentistas como Russeau) se declaraba abiertamente contrario al libre albedrío, asegurando que “el hombre está determinado por leyes universales que lo condicionan mediante la ley de la preservación de la vida”. De esta manera, Spinoza también incluye en un debate filosófico, elementos científicos mas amplios como la biología (cuerpo) y la física (mundo), remarcando el carácter condicionado de nuestra existencia. ¿Es acaso este comportamiento social de “inducción de atributos” una de estas formas de condicionamiento natural del que habla Spinoza?.

Aunque para mi Spinoza esboza sus teorías de manera tan sugerente para causar crítica y diálogos, sin duda que se anota un punto al cuestionarse no solo sobre el albedrío sino que por los alcances mismos de la conciencia, que aunque virtuosa, se concibe también como un “producto universal”. ²

Pero vamos mas allá. Y mas allá está el miedo. Existe un miedo inconsciente en cada uno de nosotros a no ser “aceptados”, por romper los esquemas, por no ser parte de la generalidad, etc. Mientras el miedo quede en nosotros nuestro accionar no saldrá a la luz y el verdadero ser humano; al menos el transparente, el espontáneo, el consecuente… sucumbirá.


En palabras de Krishnamurti: “es el pensamiento desde lo que ES a lo que debería ser lo que causa el miedo”. Es el miedo y la inseguridad los que, conciente o inconscientemente, encubren en el ser humano conductas de “camuflaje social”. Esto también tiene que ver con la educación y la ausencia de certezas: certeza en la identidad propia, certeza en la libertad de expresión, certeza en el respeto mutuo.


Inquietante es el debate moral que genera que el camuflaje social se de tanto en practicas “negativas” como “positivas”. O mas simplemente, en cosas aceptadas como buenas o malas indistintamente. Como si la moral se dejara de lado al momento de relacionarnos (clásicamente los nexos interpersonales pueden tergiversar el orden moral tan claro en las decisiones personales de los individuos). Es lo que sucede cuando un joven ve que un amigo ha robado, su tendencia, seamos sensatos, será a guardar silencio cuando normalmente acusaría al ladrón en la calle.

Para el, el “robo” es un acto reprochable, que se pone en la balanza contra el vinculo que ha generado con su amigo. Lo que nos dice el estudio de Christakis es que esta “balanza moral” es la que se “descalibra” al existir demasiadas conductas (atributos) repetitiva/os en un entorno cercano. De esta forma generalizando, mantener cercanía al otro individuo implica haber generado lazos, que luego implican confianza. Esto induce a aceptar como normal, la “normalidad” del prójimo, o bien al menos, a aceptar su conducta.


Por otro lado, esta conducta de camuflaje es también una forma de adaptación a los cambios del entorno entendible desde el punto de vista sociológico como un método de defensa. Sin embargo no justificable desde el punto de vista moral o si se quiere, filosófico. ¿Cuando un individuo ha culpado a los demás, con razón, por sus propias acciones o pensares?.


Un sociólogo alemán llamado M. Horkheimer postuló que la enfermedad de la razón radica en su propio origen; su afán de dominar la naturaleza. Dice el científico que en ultimo terminó el afán de la ciencia se vuelve casi una verdadera búsqueda de poder, por su enfoque determinista de la realidad (“reduciendo el pensamiento a operación matemática”). Sumado a esto, se debe considerar el principio de observador activo, en el cual nuestro único y particular punto de vista influye y también construye la realidad en la que estamos insertos (perspectiva constructivista). De estos dos argumentos al menos se recibe una bocanada de aire y se nos permite dudar del camino clásico de la razón, lo que nos permite observar el camino del Zen. El Zen es una disciplina budista que, en pocas palabras, postula que nuestro apego nos aleja de la verdadera virtud, del verdadero despertar de nuestra conciencia. En ese sentido, el verdadero despertar tiene relación con el concepto de atención, de entrega, de contemplación: todos somos parte de este uno en armonía. Una de sus grandes virtudes, a mi modo de ver, es que elimina el “como” como elemento de cuestionamiento sistémico. Ya no es “un camino a seguir para”, sino que hay que ejercer nuestra capacidad de construirlo en base a desapego, amor, etc.


Atender la innegable realidad de unicidad, de comunión: “cuerpo y mente, individuo y sociedad” para desde esa perspectiva plantearnos como individuos libres con un destino común, y en un devenir fraterno es de las grandes tareas de la sociedad postmoderna. “Deus, vive Substancia, sive Natura” es la famosa frase de Spinoza en referencia a su noción de Dios como la naturaleza, la naturaleza como un todo…atacando en sus tiempos además a los que sostenían que el universo era azar.


Las complejas relaciones e implicancias que de las redes sociales se deduce no comienzan todavía a dilucidarse y ya generan debates transversales. Algunas preguntas apuntarán al origen y el porque de las formas de agrupamiento social. Otros, a interrogantes tan antiguas como futuristas: “¿Existe un sentido natural (de naturaleza) en este agrupamiento?” o bien “¿Habrá repercusiones en cambiar dicho sistema?”.


Abierto queda (desde siempre) el debate sobre los verdaderos alcances de nuestras decisiones: las barreras invisibles que nos determinan (ej. biología) al tiempo que nos sesgan (ej. estructura social), la ingeniería e ingerencia de la educación en los individuos, la influencia de las formas de agrupamiento en como nos relacionamos (y los alcances de su manipulación y estudio) y por supuesto los factores que subyacen el comportamiento emocional y racional (como lo puede ser el miedo, las pasiones, la imagen, etc) que navegan a ratos en el dominio de lo irracional pero en conexión a nuestro diario vivir conciente.

Quien reconoce su sentido de conciencia como individuo en una sociedad, no podrá restarse de estas inquietudes. Como tampoco podrá menospreciar el valor y el poder de nuestra capacidad cognitiva y de acción, que a pesar de influencias externas -red social- o factores que nos determinan -libertad condicionada- no perderá jamás la voluntad de ejercer nuestra capacidad de cambiar. ¿En que sentido? En el sentido del auto-conocimiento; de la búsqueda de un camino de desarrollo autentico siendo consecuentes a la problemática de una sociedad cada ves mas desigual y fundidos en un –ojalá- sincero sentido de responsabilidad social. Al fin y al cabo, en el sentido de la fraternidad y el amor.


Cada vez mas se atreven a pronunciar aquella, la mas simple y a la vez profunda de las verdades.



Referencias.

* J. Krishnamurti “Charlas pronunciadas en Bangalore (India)” 1948

* Estudio de N. Christakis “Hidden Influence of Social Networks” 2009 (link abajo)

http://www.ted.com/talks/lang/eng/nicholas_christakis_the_hidden_influence_of_social_networks.html

* M. Horkheimer en “Cuanto vale un ser humano” D. Sommer

¹ G. Montaldo “Mala Educación”, 2009.

² B. Spinoza: “Ética desmotrada según el orden geométrico”.


*Este concepto es el que genera el mas clásico debate filosófico que apunta al origen del conocimiento. Su origen se remonta a Platón y su postulado “Racionalista”, desde el cual el “conocimiento virtuoso” puede ser alcanzado desde constructos mentales, solo cuando es lógicamente necesario y universal. Un ej, la matemática. Aristóteles su discípulo en cambio, postula la idea de que el conocimiento comienza en los sentidos, porque antes de aquella influencia no hay nada, siendo esta la base del postulado “Empiricista”.

Desde el Universo a la Agrupación Neuronal

Del Ensayo "GROUPING! Otra perspectiva" Junio 2010.
Cap 2.

El Tejido nervioso, como cualquier otro tejido, es una agrupación de células en este caso nerviosas que a nivel biológico cuenta con múltiples funciones; constituir el sistema nervioso y cumplir a cabalidad todas las exigencias que esto supone: comunicación intra neuronal, mielinización de las vainas para mayor eficiencia del impulso nervioso, etc. Los tejidos son formas de organización de los elementos básicos para la consecución de un fin mayor.

Estas “función” del tejido nervioso por cierto no fue “dada” y es el resultado de un sinfín de “ensayo y error evolutivo” hasta que el resultado “victorioso” fue transformado implícitamente en “función”. De esta manera, la función biológica se encarga de replicar el “camino victorioso” logrado luego de mucho tiempo de fracasos en cada organismo. Y para eso están los tejidos.

A saber, el tejido nervioso esta formado por las neuronas y las células gliales (que dan soporte al tejido neuronal). Análogamente se puede plantear en el universo la relación (al menos espacial) entre materia visible e invisible (correspondiendo la materia visible a las neuronas y la materia oscura a las células gliales).

Img5. Tejido nervioso.

A diferencia del estudio del agrupamiento de materia en el vasto universo, en el caso de los tejidos en el cuerpo tenemos una ventaja: sabemos que existe un fin en su quehacer. A saber, mantener la vida del organismo, aumentar la eficiencia de sus funciones y cumplir su función reproductiva y alimentaria.

La verdad es que el parecido entre la “Gran Muralla Sloan” (el agrupamiento de galaxias en el universo) y estas imágenes del sistema nervioso y sus tejidos son sugerentes por su increíble similitud. Claramente la forma de las neuronas y el tejido nervioso propicia su función comunicadora del impulso nervioso. Este impulso es el que nos permite “ser y hacer”, que el cerebro de las “ordenes” y estas se ejecuten. Es un tejido que facilita entonces la comunicación interna de nosotros como seres vivos y permite la relación directa entre el pensar y el hacer, pero también entre el sentir y el ser. El sistema nervioso es el que nos da coherencia como seres vivos. Pues bien, la intuición nos dice que la forma del universo también tiene que ver mucho con su “coherencia interna”. Su funcionamiento a gran escala, su “recorrer el espacio-tiempo” de una manera que satisfaga sus “propias reglas”, conocidas como leyes, es su proceso de “agrupamiento”.

Porque no ver al universo entonces como un organismo, no con un “fin biológico” claro, pero si con una coherencia interna que le permite existir, ser. Las imágenes del sistema nervioso nos dan evidencia clara del agrupamiento celular en este mismo sentido; mantener sus coherencias internas.

Esta relación extraña y mágica, casi poética y por cierto virtuosa entre el micro y el macro mundo puede verse también en ejemplos tan simples como la forma de los caracoles y las galaxias espirales:



Img6. Elipses en la naturaleza


Además, como no ver al universo como “un todo” si en el inicio del tiempo, en el momento 0 antes del big bang, todo estaba junto, todo era “uno” en una bola incandescente de energía pura e infinita.

Otro debate que se desprende de la temática anterior es la siguiente: Existiendo en nosotros como individuos condiciones de agrupamiento que nos componen innegablemente a nivel interno (biológico) y externo (universo); ¿A que nos referimos al hablar de libertad si las condiciones que la definen están fuera de nuestro ámbito de control? ¿Cuál es el real dominio de nuestras elecciones, de nuestro existir? Claramente nuestro dominio de acción y existencia es acotado, partiendo de la base que somos individuos con una composición particular en un sistema acotado. Además todo indica que nuestra existencia particular no influye de sobremanera en nuestro entorno galáctico, lo que nos lleva a pensar que somos una anécdota en un mar de estrellas. De todas maneras, nuestra mayor virtud radica en nuestro carácter particular, improbable, frágil y además efímero. Es ahí donde, independiente lo pequeños que seamos, tenemos la posibilidad de ser concientes y elegir, en desmedro de la poca “significancia” que para el sistema tenga nuestro accionar. Somos, y sabemos que somos. Con eso nos debe bastar (como no!). Es la virtud de la conciencia de nuestra existencia.

Es enfrentar el cuestionamiento sobre la naturaleza misma del fenómeno “vida”. Aquel fenómeno al que el científico chileno H. Maturana se refirió como “autopoiesis” o condición de existencia de un organismo que se adapta y reproduce. ¿Será decir que la vida es un fruto del universo, algo muy altanero?. Al menos al adoptar una postura moral frente a esa afirmación, solo me queda decir que en el universo no hay fenómenos buenos o malos simplemente porque no hay certeza de que exista una mente que los piense -y que además- pueda establecer tal juicio (solo ha de haber tal mente afirmando la existencia de Dios). Empero, me inclino a preferir la “vida” y la conciencia como un fenómeno dulce del universo, como las jóvenes manzanas rojas del manzano. Es una elección personal. De todas maneras el granjero cósmico que caminara entre los árboles buscando una manzana para comer, moriría de hambre antes de encontrarla. La vida es evidentemente esquiva a las condiciones que presenta nuestro universo.


Img7. Tejido nervioso y sus similitudes innegables con la forma del universo a la escala de Sloan; el agrupamiento de las galaxias y sus conexiones en forma de filamentos.

Propuesto entonces está el concepto de “organismo universal”, cuya forma mantiene su coherencia interna reformulando un nexo cósmico que se mantiene con el tiempo desde un inicio común. Como también el cuestionamiento sobre si la “forma del universo tiene que ver con una función en particular que no hemos descubierto, como lo puede ser la comunicación entre sus partes”. Y si la forma de ordenamiento o sus propiedades afectan nuestra existencia. Además, el concepto de “libertad condicionada” por las estructuras que nos componen (biológicas) y de las cuales somos parte ínfima (estelar).

Este último concepto es atacado también por la ingeniería genética que ya ha dado el primer paso. ¿Cual es el real dominio de nuestras elecciones? Un equipo de científicos estadounidenses liderados por Craig Venter, (el mismo que descifró el genoma humano el año 2001), sintetizó en Mayo del 2010 la primera célula en base a ADN sintético, que entre otros avances como vacunas, abre vastas posibilidades para manejar a voluntad en un futuro, el “agrupamiento biológico” que nos rige. Podremos tomar decisiones por el cuerpo y sus estructuras… su forma de actuar, defenderse, reproducirse y desarrollarse. Avance que inspira alegría y temor, no es para menos.

Por ultimo acotar que como sociedad, hemos perdido el sentido de “comunidad”, la idea de “organismo social” ya no existe. Hemos dado paso al individualismo casi de manera ciega.

Los nexos sociales, la interacción social... esa que en teoría sustenta al individuo y le da la posibilidad de desarrollarse. Nuestro entorno, nuestro prójimo en general. Acerquemos el panorama del sistema nervioso donde todos están interconectados y se sostienen mutuamente para reorientar el camino hacia una sociedad mas justa, más preocupada del “otro”, más interconectada, más sensible, mas humana.

Recuperemos las raíces de la comunicación y la fraternidad siguiendo el camino de las neuronas. Tomemos aquella ya antigua (a ratos olvidada, solo por algunos rescatada) pero potente frase del Concilio Vaticano II: “Nada de lo humano nos es ajeno”.


Referencias.

*Neuronas, Curso de Histología, Fac. Med. PUC.
http://escuela.med.puc.cl/paginas/cursos/segundo/histologia/histologiaweb/paginas/ne35145.html

*Charla de Craig Venter, ADN sintetico.
http://www.ted.com/talks/craig_venter_unveils_synthetic_life.html

*Humberto Maturana: “De maquinas y seres vivos.”

*Apuntes de Física Contemporánea y Relatividad.
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